La pareidolia, o cómo los muertos parece que nos hablan, es un fenómeno conocido que se puede explicar de manera muy sencilla, por ejemplo, con los principios de la Gestalt, pero siempre ha dado mucho juego a los amantes de lo paranormal y algunos se han aprovechado de esto para llenarse los bolsillos. Que si muertos que aparecen en las paredes y quieren decirnos algo, apariciones marianas en el tronco de un árbol, cristos llorando en la tostada del desayuno, etc., etc.
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Caras aparecidas en una casa de Bélmez
Estaba buscando una metáfora bonita para el artículo sobre Alexandre Farto porque sus caras sobre los muros me recordaban a las pareidolias de Bélmez, y me topé con una página web que hablaba de un programa, Pareidoloop, que era capaz de generar imágenes aleatorias que asemejaban rostros humanos a partir de un número determinado de polígonos, y mostraban algunos ejemplos. Las imágenes me sorprendieron, daban tanto miedo o más que los muertos, cristos y vírgenes ya conocidos por terceros y cuartos milenios. No me pude resistir, me metí en la web donde supuestamente se podían ver estas caras fantasmagóricas. La página es la siguiente: http://iobound.com/pareidoloop/, pero espera, no seas impaciente, no pinches todavía. Ah vale, que ya lo has hecho, pues nada, vuelve cuando quieras.

Alexandre Farto, también llamado Vhils
Como decía, este sencillo programa utiliza un número determinado de polígonos, que genera aleatoriamente, combinado con un programa de reconocimiento facial. El programa pone y quita polígonos hasta que va conformando algo parecido a un rostro, que puede ser de una mujer, hombre, anciano o niño. Y lo mejor de todo es que cada rostro es único, y generado por un programa informático muy simple.
Da que pensar, ¿no? Se me ocurre, por ejemplo, que el programa podría estar generando caras hasta que en la número 68430 diera con una muy similar a la nuestra, tanto que podríamos decir: coño, si ese soy yo, y que el propio programa, si estuviera programado para ello, lo reconociera como la nuestra. Eso, creo que generaría un conflicto importante sobre nuestra propia identidad, sobre la singularidad que creemos que tenemos los seres humanos. Por supuesto que el ser humano es infinitamente más complejo, pero esto es un comienzo, sólo hay que ir añadiendo variables al programa. ¿Es posible que a lo largo de toda la historia de la humanidad nos hayamos repetido alguna, muchas veces, que haya por ahí réplicas exactas a nosotros, que no seamos más que un conjunto de variables, combinaciones y permutaciones?
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La cosa no queda aquí, la persona que ha experimentado con esto, que por cierto se llama Phil McCarthy, se la ha ocurrido también la idea de recrear la Gioconda utilizando únicamente 50 polígonos de colores distintos. El resultado aquí: http://rogeralsing.com/2008/12/07/genetic-programming-evolution-of-mona-lisa/, pero no pinches todavía. Vale, lo has vuelto a hacer. No pasa nada, cuando vuelvas sigues leyendo, porque hay un poco de truco. Los polígonos son semi transparentes, por lo que la yuxtaposición de unos con otros genera nuevos colores.
Aún así, me parece muy interesante y al mismo tiempo educativo, ver cómo de formas geométricas simples se puede llegar a resultados tan complejos.
Por supuesto que probé a generar unas cuantas caras con el programa: el resultado es el que veis aquí abajo. Hay personas comunes, niños, mujeres, hombres con barba, con bigote, con la lengua fuera. Es realmente inquietante. Si os veis no dudéis en decírnoslo.
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