Francisco González Maqueda

El Arte como Negocio

El Arte como Negocio

En todos los tiempos los inversores y capitalistas siempre han buscado un refugio seguro para sus ahorros. En tiempos de crisis aún los buscan con más ahínco. Desde hace muchos, muchísimos años, la pintura es uno de esos refugios seguros para los inversores que se dedican a especular con el arte como moneda mercantil para sus negocios. Esto es así porque la pintura es un valor seguro cuando la pintura en sí misma tiene valor.

¿Esto es bueno para la pintura?

No, no es bueno para la pintura desde un punto de vista estrictamente artístico. Estos inversores terminan creando tendencias y éstas, a veces, están muy alejadas del verdadero arte. Obligan por tanto a pintar lo que se vende y se vende bien.

¿Esto es malo para la pintura?

No, no es malo para la pintura ni para el arte en general. El artista, como ser humano, tiene que sobrevivir y por tanto precisa de su arte y que éste se venda para su manutención y la de los suyos.

Francisco de Goya. "Godoy como general"

Francisco de Goya. «Godoy como general»

El ideal sería una combinación de ambas situaciones. Que el arte fuese arte y que por ello fuese susceptible de generar riquezas. Pero solamente desde el arte, nunca al contrario.

Desde hace muchos siglos, milenios podríamos decir, existen los mecenas en el arte y especialmente en la pintura. Los poderosos: Reyes, Príncipes, Duques, Papas, Cardenales, etc. Han contribuido a la creación artística con sus tesoros o con los tesoros de los demás, los del pueblo. Eso sí, haciéndoles pagar al artista el peaje de sus apetencias, de sus gustos y caprichos. Hay de aquel que no se prestara a las veleidades del poderoso mecenas de turno. Serían fulminados de la corte e incluso de la vida social e incluso física por muy artista que fuese. Solamente tenemos que hacer un recorrido por los magníficos maestros de la historia del arte para comprobar cuales eran las exigencias de aquellos que les llenaban sus despensas. Con muy pocas excepciones, entre las que destacaré a Goya, entre los hispanos se atrevieron a plasmar la realidad cotidiana de su entorno además de retratar a familias reales tal y como verdaderamente eran con todos sus defectos.

Estos mecenazgos regios y palatinos tienden a desaparecer en las postrimerías del siglo XIX y es en esos momentos cuando los creadores encuentras espacios de libertad creativa y rompen con los caducos cánones pictóricos establecidos desde siglos atrás. Así nacen el impresionismo, el realismo, el surrealismo, etc. Pero con esta libertad creativa el pintor no vive y se mantiene malviviendo una bohemia de hambre y miseria. Así pagan el peaje de la libertad. Con estas situaciones ocupan el lugar de los regios mecenas desaparecidos otros que ven en el arte una forma especulativa e invierten sus dineros en la compra de las obras terminadas. Pero no invierten en la financiación del proceso creativo. Se ha sustituido unos mecenas por otros, pero estos últimos llegan al arte cuando la obra está acabada. Cuando la utilizan como moneda de cambio para sus negocios.

Con la situación que se crea al sustituir unos mecenas paternalistas y domésticos por otros meramente mercantilistas, nacen las grandes galerías que hacen pulular en ellas a compradores neófitos pero que al igual que los reyes de antaño imponen sus gustos a golpe de talonarios. Por tanto se pinta lo que se expone en las grandes galerías y por ende lo que se vende, condicionando al creador a adaptarse a los gustos de los compradores. En este punto me hago otra vez la misma pregunta que al principio.

¿Esto es bueno o malo para el arte?

Como quiera que no tengo la respuesta ni posibilidades de conseguirla aquí os la dejo en el aire.

 

Paco González Maqueda

 

Francisco González Maqueda, poeta y escritor autodidacta, mantiene una corriente poética crítica en la línea de Manuel Pacheco y Luis Álvarez Lencero. Comprometido con el hombre, escribe con la sinceridad que da el anonimato.

Tiene publicados varios libros y otros tantos inéditos. Ha conseguido algunos premios en certámenes literarios y participa en algunas tertulias literarias en las que destaca Tertulandia de Valencia. Ha dado numerosos recitales y conferencias sobre la poesía donde ha puesto de manifiesto la relación entre ésta y la pintura.

 

Desde hoy es colaborador de Ártica1, lo cual nos hace enormemente felices. Bienvenido.

Publicado por Francisco González Maqueda en Arte, Post
Poesía y pintura

Poesía y pintura

Hoy os dejo una reflexión de Francisco González Maqueda, poeta y escritor extremeño afincado en Valencia, donde equipara las artes plásticas con la poética; lenguajes no tan distantes puesto que hablamos de creación:

«A veces, una pintura, un cuadro, una escultura, grabado o cualquier soporte artístico, roza la perfección e incluso la encuentra. Sus trazos, sus colores, sus figuras son exactos al modelo real o al menos son un fiel reflejo del mismo. Son tan perfectos y relamidos que de lo que se trata es que son una fotografía perfectamente tomada del modelo. Y si son una fotografía real del modelo:

¿Para qué las queremos en un cuadro, un grabado o escultura?

¿No nos debería bastar con una sencilla fotografía tomada, incluso, por nosotros mismos?

No, no debe bastarnos con esto último. De ser así eliminaríamos la obra del artista, del creador, del autor. Porque es ahí donde radica la diferencia entre el arte obtenido mediante la manipulación de una máquina y el que se consigue mediante la mano, el cerebro y el corazón del hombre, del artista.

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En mi faceta literaria, me encuentro a veces, con poemas perfectos en su composición, en sus rimas, en su léxico, en su ortografía. Son perfectos, sí, pero al leerlos no me dicen nada. Solamente palabras minuciosamente escritas. El autor se ha volcado en la perfección de la construcción y la métrica la midió al milímetro. Pero le faltaba algo, le faltaba todo. La poesía es un sentimiento. Es una forma pasional de vivir la vida. Es un deseo, una locura a la que nos lleva un poema salido desde el alma y sentido desde el corazón desbocado del poeta. No nos hace falta la perfección de la obra si no somos capaces de trasmitir el sentimiento real y profundo del poema y lo que deseamos decir.

Al igual que en la poesía las artes plásticas, la pintura, nos encontramos con las mismas propuestas de perfección. Las pinceladas exactas, precisas. Los colores perfectos, los dibujos milimetrados:

¿Pero es esto lo que realmente se percibe cuando se contempla un cuadro?

No, la pintura, al igual que la poesía, se nutre de esas verdades que no se aprenden en las academias. Esas realidades que emanan del sentimiento profundo del artista que con apenas unos trazos o unos colores aparentemente manchados es capaz de contar lo que su alma quiere contarnos. Ahí es donde habita el genio. Ahí es donde se encuentra el arte. Ahí es donde un simple trazo es capaz de gritarnos y hacernos vibrar con las emociones que emanan de la obra. Es ahí donde el creador nos dice:

¡Esto es lo que veo y así quiero trasmitíroslo!

Este sencillo pensamiento que os dejo aquí es el que ha presidido siempre mi relación con el mundo poético/artístico. La verdad es que tengo otro y tampoco lo quiero.»

 

Francisco González Maqueda, poeta y escritor autodidacta, mantiene una corriente poética crítica en la línea de Manuel Pacheco y Luis Álvarez Lencero. Comprometido con el hombre, escribe con la sinceridad que da el anonimato.

Tiene publicados varios libros y otros tantos inéditos. Ha conseguido algunos premios en certámenes literarios y participa en algunas tertulias literarias en las que destaca Tertulandia de Valencia. Ha dado numerosos recitales y conferencias sobre la poesía donde ha puesto de manifiesto la relación entre ésta y la pintura.

Publicado por jesusfnavarro en Anuncio, Arte, Literatura, Post