La edición de Arco Madrid 2015 ha sido una de las mejores de los últimos años, en palabras de los organizadores. Se podría decir, a tenor de los datos, que ha sido así, que el mercado se está recuperando. Pero los datos también reflejan luces y sombras. Se reduce la presencia de galerías más modestas en favor, eso sí, de una mayor e interesante presencia de Latinoamérica.
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- Arco 2015
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- Xavier Mascaró en el espacio del diario El Mundo
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- Obra de Jaume Plensa, en primer término. Al fondo dos obras de David Hockney
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- Bordados eróticos de María Alejandra Garzón
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- Explícita obra de María Alejandra Garzón en ARCO 2015
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- Parte de la instalación de Manuel Calderón
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- Manuel Caeiro
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- Esculturas de Julian Opie
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- José Díaz de la galería madrileña The Goma
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- Jorge Mayet en la Galería Horrach-Moya
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- Parte de la instalación de Jorge Magyaroff
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- Impactante instalación de Jorge Magyaroff
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- Galería Peter Kilchmann de Zurizh, que también apuesta por latinoamérica con Teresa Margolles
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- Delicada y sugerente obra de Fabrizio Cornelli
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- Bizarra instalación de Enrique Marty. ARCO 2015
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- Edgar A. Jiménez
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- Edgar A. Jiménez
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- Arturo Hernández Alcázar
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- El artista urbano Alexandre Farto
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- Monika Grzymala en una espectacular instalación
Si una cosa se está demostrando de manera clara y meridiana después de interminables años de vacas flacas, es que el lujo no entiende de crisis. Un año más, ahí siguen las grandes galerías y los precios de locura de muchas de las obras. Un ejemplo es la obra de la que más se ha hablado este año, un vaso de agua medio lleno (el optimismo que no falte) sobre una pequeña repisa de madera, obra de Wilfredo Prieto, cuyo valor alcanza los 20.000 euros. Pero qué sería de Arco sin alguna broma de este tipo de la que todo el mundo pueda hablar. Esta es la manera en la que el vulgo puede participar de acontecimientos de este tipo, removiendo sensibilidades sobre lo escandaloso de llamar a «eso» arte o hablando sobre la inteligencia de la persona que puede pagar por algo así. Se echa en falta más crítica social, más realidad, pero al mercado del arte le gusta más coquetear con el escándalo como a Lady Gaga, qué le vamos a hacer.
Lo cierto es que la organización habla de balance positivo; se ha cerrado con un 10% más de profesionales y destaca la vuelta del coleccionista español. Pero más interesante aún es la cada vez más numerosa presencia de artistas y coleccionistas latinoamericanos, éste año con el protagonismo de la pujante Colombia, que lleva años realizando una gran labor de fomento del arte contemporáneo a nivel independiente mediante asociaciones culturales, y que poco a poco va dejando atrás años de violencia y sangre para abrirse camino al exterior. Un ejemplo es la Feria del Millón, del que hablábamos en otro post. Es quizá este tipo de movimientos artísticos espontáneos surgidos en Colombia en los últimos años, y la escasa mediación del mercado lo que hace a los artistas colombianos tan frescos e interesantes. La presencia del presidente Colombiano Juan Manuel Santos cerrando la presente edición no hace más que corroborar el apoyo que también se le está brindando desde las instituciones.

Esculturas de Julian Opie
Desde el punto de vista puramente artístico, nosotros hemos querido destacar la obra de artistas como Edgar A. Jiménez, proveniente de Bogotá, muy influenciado por el mundo del cine y el cartel, María Alejandra Garzón, con una propuesta llamativa que trata de darle un sentido contemporáneo a oficios tradicionalmente de la mujer, como es el bordado, mediante el tema del erotismo. También desde Bogotá, uno de los trabajos que más ha llamado la atención ha sido el de Jorge Magyaroff, con una instalación muy estética, simple pero muy impactante, llena de color, que desborda las paredes y las repisas repletas de objetos del taller de un pintor. Por último nos ha gustado mucho los proyectos de Manuel Calderón y de la mexicana Teresa Margolles. Presencia latinoamericana no sólo en las diez galerías propuestas por Colombia para la ocasión, sino también en muchas galerías españolas o de otros países, un incremento del 52% respecto al año 2014.
De otras nacionalidades como Alemania, Portugal o Italia llegan artistas como Monika Grzymala con una espectacular obra, el artista urbano (me resulta muy gratificante ver arte urbano, arte gestado en la calle, en una feria de arte) Alexandre Farto, con unos murales impresionantes de collage compuestos de decenas de capas de papel, o Fabrizio Cornelli con una sutil obra creada con luz.
Ya en el ámbito nacional, Xavier Mascaró llenó el espacio del diario El Mundo de cabezas enjauladas. Dentro de la sección Opening, formada de galerías de nuevo cuño, el gesto y el trazo firme de José Díaz de la galería The Goma, me parece de lo más interesante.
Un acierto, desde luego, darle la importancia que realmente se merece al arte latinoamericano y un éxito rotundo elegir Colombia. Para éstos países, España supone tender un puente al mercado europeo y España debe aprovechar esta situación por la oportunidad que supone subirse al carro de sus emergentes economías. Los organizadores destacan la fuerte presencia de coleccionistas colombianos y chinos. Incluso el coleccionismo español, tanto privado como institucional. Parece que el mercado empieza a despegar, y aunque mi visión del arte dista mucho del elitismo de estas ferias (sólo hay que ver el precio de las entradas), el arte es cultura y progreso.